El puente de piedra es relicario sediento de aguas. Mira! La novia cruza el río!. Su vestido flota entre juncos y nenúfares.
Mientras la observo desde el puente, reúno piedras para el altar, cuarzo, sílice, dibujo fuego en caligrafía perfecta y lo incendio, ese camino traza una estrella, para que corone su frente, mi frente. Si no tatuara el signo, colmillos destrozarían mi esencia arrojándola al verdadero vacío, ese cero que no sirve mas que para metáfora de lo que jamás es. Un sonido de cuernos se escucha, nos llama, desde las llamas, el altar!. Es èl y espera en el río, un espíritu que conozco... es mi sueño el llanto de los ojos que no veo.
Mira! La novia! La corriente la arrebata! Narices respiran alas, vapores se desintegran en el exacto lugar donde nos vimos la primera vez. Aquel puente donde retumba la consonante de tu nombre y mi nombre en el humo, que bebo como torrente...
Mientras ella ahoga su voz profetiza en el pasado, yo conjuro la misma oración en su futuro:
- Vengaré con amor mi muerte, el peor castigo para su lujuria, recordar mi sexo salvaje en el crepúsculo de la noche eterna. Mi cabello entre sus manos arqueando mi espalda, el empuje lobezno, masacrando sus brazos, descargando la furia deseada desde el origen del tiempo puro!
Mientras la observo desde el puente, reúno piedras para el altar, cuarzo, sílice, dibujo fuego en caligrafía perfecta y lo incendio, ese camino traza una estrella, para que corone su frente, mi frente. Si no tatuara el signo, colmillos destrozarían mi esencia arrojándola al verdadero vacío, ese cero que no sirve mas que para metáfora de lo que jamás es. Un sonido de cuernos se escucha, nos llama, desde las llamas, el altar!. Es èl y espera en el río, un espíritu que conozco... es mi sueño el llanto de los ojos que no veo.
Mira! La novia! La corriente la arrebata! Narices respiran alas, vapores se desintegran en el exacto lugar donde nos vimos la primera vez. Aquel puente donde retumba la consonante de tu nombre y mi nombre en el humo, que bebo como torrente...
Mientras ella ahoga su voz profetiza en el pasado, yo conjuro la misma oración en su futuro:
- Vengaré con amor mi muerte, el peor castigo para su lujuria, recordar mi sexo salvaje en el crepúsculo de la noche eterna. Mi cabello entre sus manos arqueando mi espalda, el empuje lobezno, masacrando sus brazos, descargando la furia deseada desde el origen del tiempo puro!
El ardor consume bajo mis manos el agua, entre mis dedos, el puente y el pedernal resplandecen. Ella se pierde, con mi rostro en el cauce profundo. El altar se desangra en versos, es río que la novia lleva en su vestido.
El mismo que hoy, llevo puesto.
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