29 noviembre, 2007

Recorte

En el indispensable devenir del tiempo, un destino, entre los arcos del verano húmedo, llueve en el sol vacio, cruzo caminos sembrados de fantasmas floridos y disfrazados de bermeja pasiòn. En cornisas sus espátulas navegan, esculpen inscripciones abovedadas en sus vientres erectos y ondulantes, serpentinos en las sombras, dedos yerguen lìvidos en la figura de un viejo mausoleo - me recuerda a esos grandes edificios romanos quebrados por la guerra- desgarrandose en jirones de sensualidad sus estatuas inválidas, decapitadas por los profanadores buscando fortuna, con su desnudez mostrada, no son mas que piedra, y gotean saliva de sus bocas hambrientas y sudor de sus invisibles alas de musgo.

Tan desolado el recorte del horizonte en la piel de la tarde, tiembla, los pàjaros se alimentan, comiendo la sombra de los gusanos y son sombra ignorantes del camino, vuelan con la ceniza del crepúsculo tullido que en las venas fluye, muerto como el andar cansino del aire acurrucado en las flores de plàstico... de los fantasmas que se introducen en el lecho de los ausentes, de los perdidos, de los empantanados en un sexo amante del làtigo y los acarician con promesas.

Con sus gemidos en la piel del peregrino, del que en los laberintos huye hacia mas puertas que no conducen y llegan, al mausoleo decrepito, fatamorgana en los ojos de las hembras, aquellas que saben de los menesteres de las manos y de la vagina, en lo secreto del hombre, y beben de sus càlices, semen, desaforadas, esqueleticas se cubren de carne… y gritan orgìas.
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Negando el corset, desato mi cintura, abro el pecho y late un piar de soles para abanicar la cruda tijera de la lengua, mis senos encajando en los ojos la ribera de tu orilla, mi rostro se llena de colmillos de luna, y con una daga cubro las esculturas de sangre... Impìas impostoras, la dueña de la noche ha llegado. Impostores, que de roca sus penes se vuelvan polvo en mis narices.

Delicioso orgasmo… acaso aquí no puedo hacer lo que me plazca?
Pues, si quieren sufrir, han llegado al lugar exacto.
Acaso no imaginaron el mausoleo y sus formas lujuriosas?
Ilusos, preparen esta noche sus camas…
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Dark Crystal © 2007

22 noviembre, 2007

Remembranza

El cristal estalló en el perfil del silencio.

En aquel entonces mi cuerpo paseaba por el Campo Santo acompañado de lobos. Con la frente en alto y la vanguardia de la luna a mis espaldas, refractó en la niebla mariposas nevadas. Pisaba la tierra como quien pisa el cielo, y en mis manos los colmillos lamían la brisa nacida del corazón, detrás esos dardos que explotaron en la sien, y sembraron ruinas con la palabra desamor. Desmayando...

...detrás el viento. Aullando nombres de fantasmas perdidos en la tormenta, nombres que sacuden alas negras, elevan piedras hasta los confines del cielo, un cielo más negro que la propia mirada de la luna oculta tras los ojos, un abismo, y, sin embargo, un universo...
...sin tumba ni lápida, sin memorias, sin siniestros crucifijos. Ahí estaba. Un guerrero no necesita más sepulcro que su propio corazón.

El ángel de cristal tomó mi sombra, mientras los lobos hacían una ronda infinita, lo salvaje se les hacia agua, lágrima y serenata. Volví el rostro, y entregué la voz en una luz que acosaría sin piedad a los detractores humanos, un fuego me consumía, una espada intima, tan profunda que el abismo se perdía en si mismo, y se reconstruía en la palabra... No existen estrategias cuando el final siempre es el mismo.

El ángel me levantó en sus brazos, y me besó en la boca hasta que entré en su alma.

Pensé, entonces, en la fuerza de la vida, y en el poder de la justicia. En mis pies la luna recitaba una sonatina, mientras astillas nevadas eran alas en mi cuerpo.
Dark Crystal © 2007

17 noviembre, 2007

Cómplice

Mi corazón se detuvo en el desfiladero de los ojos, vistieron plumas de cuervo en mi piel y sus voces licuosas descendieron por la tráquea. Mi sangre graznaba como quien devora una palabra en un sorbo de café sin latidos. Yo leía.

“Si, Ahora es noche cerrada en las montañas. Estoy dentro de la cabeza de la mujer, mirando a través de los agujeros de su cráneo, oyendo el silencio…” Silencio dice Bradbury.

Veo a una virgen en duelo navegando en mares muertos. Ella recita: La idiotez del hombre llegó hasta la cerviz del infierno. No merecen una tumba digna. Los gusanos harán su trabajo.

Y me muestra su daga.

Le ofrezco una taza de cafè.

Dark Crystal © 2007

12 noviembre, 2007

Deambulo

Camino descalza por la necrópolis como en visita guiada.

Los epitáfios me saludan con manos de piedra y ojos de ángel, dedos de inscripciones antiguas, o nuevas en el crepúsculo de organza negra que flamea desde mis tobillos hasta el cielo.

Tintinean cascabeles de gato, un cordón de cemento tropieza en mi corazón, mientras un sepulcro blanqueado y sencillo alza su voz de silencio declamando: "festín para los convidados!", nos invitan, y todos iremos a la tertulia.

Espectros acuden, fantasmas del vino y del humo, en cobres transparentes danzan en oleada de hojas secas. Sus ojos/hojas conmueven... tantas vidas y yo... en esta muerte pequeña de imagìnarias constelaciones.

La hoz desenmascara la luna, con su ordenado sexo y el candor de las mariposas blancas, alas y velo de eterna novia, espera.

Volveré a sentarme en el banco frío, tomaré una foto y la pondré dentro del libro de Sagrado para encadenar al sepulturero de las almas...Las huestes nocturnas me envían un saludo y lo dejan sobre el mármol.

La noche se sonroja en mi pelo y revolotea como hija del rocìo, roja en la rosa negra...

Dark Crystal © 2007